11 de julio, 2022
La brecha política y cultural entre la facción más rancia del Peronismo y el resto de la sociedad, lamentablemente continua desangrando a nuestra nación y es sin dudas una de las causas por las que el país hace décadas viene cayendo hacia niveles de incoherencia y frustración propios de países subdesarrollados. Pero el destino pareciera darnos una vez más una nueva oportunidad , y es que considero que el fallo de la sala 1 de la Cámara Federal porteña que ordenó reabrir la investigación por el atentado al comedor de la superintendencia de seguridad Federal, ocurrido el 2 de julio de 1976 por la organización guerrillera peronista Montoneros (por la cual fallecieron 24 personas y más de 60 resultaron lesionadas) va en ese sentido.
Es que más halla del análisis jurídico del caso, solo seremos capaces de comenzar a sanear la brecha mediante una justicia imparcial, donde los valores que supuestamente rigen nuestra nación sean realmente impersonales y obligatorios. Por ello se hace imperativo aprender definitivamente que los derechos humanos no reconocen banderias politicas, que el valor de una vida no se puede medir según la ideología, que los conceptos de orden y disciplina no son de uso exclusivo del ámbito castrense, que el término fuerzas armadas no es sinónimo de derecha política (Venezuela, Cuba y China son ejemplos paradigmaticos)y que buena parte de los próceres nacionales tuvieron sus orígenes en este últimos ámbito, incluso el mismísimo Peron. Sucede que la falacia de confundir el concepto de derecha politica con el de fuerzas armadas ha llevado a impulsar un proceso de desprecio e humillación hacia todo aquello que este supuesamente relacionado a estas últimas, lo cual desencadenó en una serie de problemas que llevará mucho tiempo poder corregir, si queremos realmente movernos hacia un futuro esperanzador.
Desde el ámbito educativo este conflicto ideológico nos ha llevado a una política de plena permisividad a favor del educando y en contra del mérito por superarse , lo cual de la mano a algunos docentes que haciendo uso de una visión sesgada de la historia no hacen más que adoctrinar a sus alumnos, a dado por resultado un sistema educativo que hace agua en todos los niveles, lo que nos aleja cada vez más de los parámetros educativos internacionales basados en el conocimiento duro. Pero ese mismo ideal se ha extrapolado al ámbito de la seguridad interna de la mano de un amplio espectro de jueces garantistas , que han transformado a las cárceles en lugares de puertas giratorias, garantizando la libertad de los delincuentes mientras que el ciudadano honesto debe vivir tras las rejas de su hogar. Pero si de seguridad hablamos, recordemos que la ausencia de las fuerzas armadas en la frontera norte la ha transformado en un colador para el contrabando y el narcotrafico, a tal punto que Rosario ya ha sido coptada por este último problema. El escaso control de la hidrovia Parana-Paraguay, como el caso patético del avance de grupos pseudomapuches en la región andina, así como la depredacion atroz a la que se ve sometida la riqueza icticola en el mar argentino, son solo algunos de los ejemplos de la falta de ejercicio de la soberanía nacional a la que nos encontramos expuestos por un paradigma que ve como irreconciliable el trabajo mutuo que puede desarrollar la parte cívil responsable de cada área junto a la fuerza armada correspondiente.
El problema es que mientras un pequeño grupo de "imberbes", anclados en su ideología setentista,juegan a desarrollar una revolución populista que va a contramano de las reglas del actual mundo globalizado, parecieran no darse cuenta que solo logran ser los catalizadores apropiados para la aparición de personajes mesiánicos que ubicándose en el otro extremo ideológico no hacen más que dañar la maltratada democracia, mientras que el pueblo paga cada día las consecuencias de la inoperancia dirigencial que insiste en repartir la riqueza del país, sin la más mínima idea para primeramente reproducirla. En vísperas de nuestra máxima fecha patria, y en momentos tan difíciles como los que nos toca vivir, creo que es tiempo de dejar de lado mezquindades partidarias y unir fuerzas por las futuras generaciones y en honor a cada uno de aquellos que dejaron su vida, más halla de ideologías políticas, por una patria mejor.
DANIEL FORNERÓN
16958597
Profesor de geografía